miércoles, 27 de abril de 2011

Réquiem por una leyenda.


Primera escena: A lo largo de la torre de vigía.

En la década de los 70’s no muere la magia. Casi a sus 70 años Jimi Hendrix continúa deleitando al público con las notas de su guitarra. La imagen parece propia de un cuadro, o de una pieza audiovisual en blanco y negro. Su estilo intacto, sus dedos prodigiosos, ni un ápice de su capacidad de mover fibra con el toque de las cuerdas ha desaparecido.

Generaciones de nuevos músicos siguen erigiéndose en torno a una de las más grandes figuras, referente e inspiración de muchos. En cada guitarrista que cita su influencia, el gran Hendrix se hace presente una vez más. A lo largo de la torre de vigía se proyecta su sombra y la de su inseparable guitarra. Hendrix no ha muerto…

Segunda escena: Light My Fire.

“Hay cosas conocidas y cosas desconocidas. Y en el medio están las puertas”.

Enero de 2011. A los 67 años de edad Jim Morrison repite sobre el escenario una de sus frases más célebres. Las puertas han sido abiertas, ha regresado el ídolo. El público enloquece mientras revive la idea de uno de los intérpretes más representativos de la historia del rock, entonando nuevamente los clásicos de The Doors. Light My Fire marca el inicio de la euforia, miles de seguidores corean mientras sus rostros retratan la emoción que experimentan gracias a la leyenda. “Entre la bella tensión, la libertad, y la obligación de hacerlo bien”; Morrison demuestra una vez sobre el escenario, de qué está hecho y porque hasta la fecha, es un modelo a seguir para tantos rockeros. El espectáculo continúa…

Tercera escena: Smells Like Kurt’s Spirit.


A los 14 años empieza la preparación. A los 20 años alcanza el éxito siendo vocalista de una de las bandas más influyentes del grunge: Kurt Cobain. Su apariencia algo desaliñada combinada con letras y melodías tan espontaneas como distintivas, así se van definiendo los rasgos de un gran “personaje”.

Sucede que la heroína no existe en su vida. Sucede que el suicidio nunca pasó por su mente. Sucede que tomó un largo receso y hoy está de vuelta. Sucede que lo hemos revivido gracias a nuestro anhelo de un músico del que nos parece, no vimos lo suficiente. Sucede que Cobain regresa a la escena y algún desaguisado musical sale de circulación dentro de la industria a cambio.

Epílogo.

Un final que deja interrogantes. ¿Qué sería de las leyendas de estar aún en vida? De los nuevos ídolos (sin tener en cuenta género musical), ¿Cuántos se perfilan tanto o más grandes que muchos de los que ya hemos perdido? ¿Que regrese la “vieja guardia” y algunos de los músicos contemporáneos (título comercial pero no evidente en varios casos) dejen de producir?

Si bien es cierto consumimos lo que más se ajusta a nuestros gustos e intereses, en mi caso particular hallo mayor deleite en eso que en mi país coloquialmente llamamos “viejeras”, que en alguna basura musical, cosa que para mi gusto, abunda hoy en día. He revivido en medio de la ficción a tres de los grandes, y me atrevo a decir, que al menos alguien me acompañaría en el goce de la “puesta en escena”, de ser ésta realidad y no simple fantasía.

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sábado, 9 de abril de 2011

El encanto de un loco.


Genios musicales podría nombrar muchos, sin embargo hay uno que en mi caso particular logró especial atención desde sus inicios. Eran tiempos en que ya empezaba a perfilarse un gestor de grandes proyectos al grabar sus propias composiciones valiéndose de un pseudónimo; eran las épocas de baterista en que, para los seguidores de una banda que sentó un precedente en el género grunge, el foco de atención número uno era un vocalista que nos dejó prematuramente.

Tanto entre expertos como aficionados, hay quienes sostienen, de no darse el trágico deceso de Kurt Cobain, Dave Grohl no hubiera llegado a ser lo que es hoy. ¿Vaticinio, probabilidad? No sabríamos a ciencia cierta si esta tesis se comprobaría en la actualidad, de estar Cobain todavía presente. Lo cierto es, que entre los músicos que se enlistan como en constante evolución (no involución, como sucede a muchos), se encuentra sin duda uno de los “locos” favoritos del público aficionado al rock: Grohl.

Pasó un año entre la disolución de Nirvana (1994), y la creación de su nuevo proyecto, Foo Fighters, hecho que le abriría nuevas perspectivas y ante todo, la posibilidad de mostrarse al público como líder de una banda y músico integral. Con Everlong, como el mismo Grohl lo narra en VH1 Storytellers, se consolida la idea de una agrupación que mueve masas y que ha llegado para quedarse. En este contexto el puente se había construido, la “vieja” y la “nueva” generación hallan su punto de encuentro en uno de los grandes genios que ha dado el género, un personaje, un compositor tan particular, como su manera de contarnos las historias detrás de sus canciones.

Varios proyectos le seguirían, la idea de un único sonido no encontraría acogida en una mente llena de todos los posibles. Probot (junto a Lemmy von Motörhead, Max Cavalera, e incluso Jack Black, entre otros); colaboraciones como baterista en QOTSA, Garbage, Killing Joke, Tenacious D, The Prodigy (que pocos le atribuyen), y su última banda conformada junto a Josh Homme y John Paul Jones: Them Crooked Vultures.

Todas las evidencias posibles nos han sido brindadas. Al pasar por cada una de sus participaciones, se constata la genialidad con esa dosis de locura que lo caracteriza. Para quienes crecimos y hasta la fecha seguimos escuchando y considerando los sonidos del rock parte importante de nuestra cotidianidad, me atrevo a decir, Dave Grohl es una figura que definitivamente no pasa desapercibida, dejando a un lado si nos consideramos o no seguidores de uno o varios de sus estilos. También me aventuro a plantear, Grohl podría estar ubicado dentro de un grupo aislado, selecto, en el que se encuentran los intérpretes que aparte de ser admirables, inspiran. Esto también es vaticinio, sólo que esta vez creo tener altas posibilidades de acertar.

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Las diez cuerdas.


"Parado en la línea para ver el show esta noche,

y hay una luz encendida… Resplandeciente"...




Transcurría la década de los 90 cuando junto con mi naciente afición por la cultura vampírica se iba consolidando mi amor por el rock. A bandas como Tool y RHCP podría “culpar” de la música que me ha acompañado desde entonces y hasta ahora.

Sin embargo hacia finales de ésa década fue cuando pude decir, el género me brindaba todo lo que esperaría de un buen par de músicos en escena. No pretendo afirmar previamente no hallé algo así, simplemente cuando se trata de gustos personales, algunos nos identificamos y/o encontramos más atractivas algunas tendencias musicales (por lo tanto ciertos intérpretes o bandas), que otras.

En el año 99, y gracias a una petición expresa de Flea, John Frusciante retorna a los RHCP con la fuerza que implicó el renacer de dicha combinación en el álbum Californication. En los siguientes álbumes sus dotes como compositor se harían más evidentes, teniendo mayores posibilidades y matices de producción creativa al ir condensando simultáneamente By The Way con los Red Hot, y su disco solista: Shadows Collide with People.

Yendo de nuevo un poco más atrás, durante la primera etapa de Frusciante en los RHCP, puedo atribuirle gran parte de mi gusto por la banda a temas como Give It Away. Desde ese entonces me resultó dinamita la combinación bajista - guitarrista, aunque de ninguna manera quisiera dejar a un lado a Anthony Kiedis, quien a mí parecer aparte de excelente intérprete podría catalogarse entre los que más energía irradia durante los conciertos; ni a Chad Smith, gran baterista.

No sólo las segundas voces que aportaba Frusciante daban un valor agregado a la banda. Si se habla del sonido en vivo, no se trata de esas cosas que resultan decepcionantes al sacarlas del estudio hacía algo más “tangible” para el público, y que tanto abundan. A gusto personal, encontraba en los intros para los cuales Flea y Frusciante se ubicaban frente a frente, un anuncio seguro de calidad musical.

Catalogados como uno de los mejores bajistas y uno de los mejores guitarristas de la historia y del movimiento, este par de grandes hacían bellezas sobre el escenario. No como intento de poesía o en un ánimo romántico, ni porque estemos bajo el efecto de alguna sustancia alucinógena (no es secreto éste y otros prejuicios a propósito del público rockero), cuando se trata de sentir y apreciar la música a fondo, los sonidos que dejaban tanto en sus solos como de manera conjunta, Flea y Frusciante parecían transportarnos a otra dimensión.

Si uno se da a la tarea de averiguar un poco sobre riffs legendarios de la historia del rock, tanto de bajo como de guitarra, encontrará varios temas de los RHCP con la participación de dichos “personajes”. Varios de éstos resultarán a su vez clásicos, y me aventuro a afirmar sin demeritar lo prodigiosos que son cada uno en su instrumento, juntos crecen exponencialmente. Quizá una de las más fieles muestras de lo que comento, se puede apreciar en su concierto Live At Slane Castle (DVD). El intro de Californication por mencionar un solo ejemplo, es sencillamente épico, de esas cosas que uno quisiera haber presenciado. El sonido, la ausencia de “trucos”, la improvisación, entre otros muchos factores, no me dejarán mentir.

Para el selecto público que se puede denominar seguidor (con todo lo que el término implica), sea de la banda en su totalidad, de uno o varios de los integrantes por separado; creo esta alineación desde siempre resultó interesante y arrojó muy buenos resultados a todo nivel. No obstante hay quienes durante años admiramos lo que lograban John Frusciante y Michael Peter Balzary, principalmente en vivo, y quisiéramos apreciar mucho más de esa buena combinación en dosis aumentadas.

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“I give in, to sin”…










Depeche Mode por darkcoman

Seguimiento de un Cadáver.

Uno, dos, tres golpes se sintieron al golpear el andén. Dos pasos, y el tercero que marca siempre su bastón de madera ya envejecida por el paso de los años (y de las oportunidades), estremecen todas las noches las tablas del pasillo que conduce a su lujoso penthouse. Se levanta muy temprano, según se lo indica su reloj individualista y por demás atemporal. Después de las noches de desvelo el mediodía es hora temprana para abrir los ojos. Y así ha sido todo en su vida, acciones fuera de tiempo, decisiones tardías o apresuradas, todo gracias a su particular reloj.

Hasta los días han perdido su valor en las manos de un ser que dice moverse pero que es sin duda un cuerpo inanimado. Quizá un ave enjaulada ostenta un grado mayor de libertad. Toda su existencia se ajustó y aún se ajusta a las exigencias de un entorno hostil y manipulador, así como lo ha llegado a ser él también. Abre sus “supuestas alas” y se pavonea de sus aparentes logros en presencia de sus conocidos, y tan pronto cierra la puerta de su inmensa morada, la misma inmensidad le hace sentir lo mediocre de su vida… lo vacuo en lo que todo a su alrededor se ha convertido.

Ni si quiera su gato sale a ver que su compañero de desvelo ha llegado, a pesar de golpear el bastón contra el suelo en repetidas ocasiones. Parece que el gato se ha ido, igual que todos los demás, quienes al ver esta existencia maquillada con logros ajenos y sueños frustrados, has decidido emigrar como las aves en invierno a un terreno más apto para la supervivencia y también “para la paz”.

Resultado de pensamientos pasivos que finalmente no llevan a nada, de planes no perpetuados, de metas que se vislumbran cada vez más distantes, de condiciones aparentemente perfectas pero desperdiciadas en voz de un ser incólume; es el ser forjador de su propio destino y asesino de sus propias huellas…

Entre los silencios prolongados de las noches frías y vacías, su alma le grita: ¡aún no es tarde! Pero él, casi que en un acto reflejo, toma su bastón y lo agarra con más fuerza que de costumbre, como si las alas de su pensamiento no le fueran suficientes para dar pasos concretos en pro de las acciones de cambio.
Creo que ya se ha echado a perder… Que ya ha entrado a hacer parte del conglomerado de seres que respiran pero que son inanimados en muchos sentidos…
Que si alguien le quita su bastón dejaría de ser lo poco que ha llegado a ser y a hacer… Creo que falta poco para que le quede nada. Es por eso

Entre balas y cuadernos.


Por: Giselle Mv.


Quien no es cercano a la guerra no la percibe de la misma forma. Quien no ha visto la muerte de frente no le teme de igual manera. Quien todos los días se encuentra con un cadáver en la carretera, primero se conduele, con el paso del tiempo solo se impresiona, y con las costumbre aprende tenacidad. Entre balas y cuadernos se escribieron varios años de su historia…

Todo empezó el día que se presentó a la Universidad Nacional de Colombia para aplicar a la carrera de Derecho. Con los billetes arrugados dentro del bolsillo, llegó ansiosa por pagar la inscripción. Sin embargo aún tenía dudas, y entre sus alternativas también se encontraba la Facultad de Filología e Idiomas, si elegía esta última, sus pasos se encaminarían hacía la docencia. Por arte del azar, el destino, o como se le quiera llamar; justo ese julio de 1973, la Facultad de Derecho se encontraba cerrada por problemas políticos. No quiso llevar de nuevo los billetes al bolsillo, y en un arrebato de su verdadera vocación inició esa tarde su preparación para ser maestra.
Estando en la Universidad creyó que lo más difícil que viviría sería afrontar una que otra manifestación o algunos paros estudiantiles, cargados la mayoría de las veces de policía antimotines. Pensó que en esos casos tendría a lomucho que esconderse en alguna tienda aledaña. Pero la vida le deparaba situaciones mucho más difíciles, en la candidez de su juventud ella no alcanzaba a imaginar lo que le esperaba.

Del sueño a la pesadilla


Todavía sosteniendo el título en la mano, consiguió empleo como profesora al servicio del Estado. Sintió agarrar el cielo con sus dos manos ¿Qué más se podía pedir?-pensaba- “obtener un salario casi inmediatamente después de la graduación y trabajar en lo de uno, era lo máximo” sentenciaba sin aspavientos. La plaza seleccionada era el Colegio Departamental José Hugo Enciso en la inspección de Reventones, municipio de Anolaima en el departamento de Cundinamarca. Lo que era importante precisar era que este pueblo estaba en el corazón de una zona guerrillera, dominada por el frente 22 de las FARC-EP.
Corría el año de 1982 cuando después de un viaje que parecía interminable y por una carretera bastante maltrecha y en su mayoría sin pavimentar, llegaría al que sería su sitio de trabajo. Se bajó de un pequeño carro que gracias al estado del camino ya estaba a punto de la chatarrización y divisó un grupo de niños jugando en una desnivelada y maltrecha cancha de fútbol. Algunos la observaban con desconfianza y otros, en cambio, con curiosidad. En ese momento, lo que más le llamó la atención, eran los zapatos de todos los niños gastados por el trajín de recorrer a pie las trochas.
Desde un principió detectó en cada uno de los grupos a los rebeldes del colegio, a los aplicados, los respondones, a los cumplidos y a los incumplidos, los detallistas y los poco cuidadosos, en fin, tuvo una visión muy clara de todo el grupo. Uno de los detalles que más la inquietó, sobremanera, era la actitud altiva, casi solemne, de las jóvenes más atractivas del colegio, enseguida pensó que podrían causar problemas.
Sus vaticinios, con el tiempo, fueron acertados. Como si tuvieran una marca en la frente, oculta por un tiempo pero que sería develada después, se fueron convirtiendo en el artífice de una pesadilla. Cada una de estas “agraciadas” niñas, era la pareja sentimental de algún cabecilla guerrillero, sentían que el poderío que tenía el grupo subversivo sobre la región, también podía traspasar las paredes del colegio, por lo que comenzaron las exigencias de su parte hacia los profesores, con el objetivo de incidir en los resultados académicos. “Pues profe, si no paso esta materia mi novio de pronto vendría a conversar un par de cositas con usted”- decían altivamente las niñas- “Profe, yo creo que está calificación está mal. Es más, si se la mostrara a mi novio, él diría lo mismo y vendría a explicarle el por qué… ¿usted me entiende verdad?- amenazaban sin el menor pudor.
Algunos profesores o funcionarios del colegio, eran invadidos por el temor y se rendían ante sus exigencias, otros más osados, se mantenían en su posición y hasta se atrevían a confrontar a losenamorados. Uno de ellos, fue el profesor de educación física, el mismo que en medio de un enfrentamiento entre ejército y guerrilla, pudo rescatar del fuego cruzado a varios estudiantes del colegio, mientras que otros más se escondían debajo de los pupitres en medio de gritos de desesperación. Por fortuna para propios y extraños, en aquella ocasión no pasó nada de qué lamentarse, pues no hubo víctimas mortales, ni mayores daños materiales, todo quedó en un gran susto

La puerta al calvario


Un día cualquiera, como siempre se levantó y se preparó para el largo camino que le esperaba a su trabajo. Le dio un beso en la frente a su bebé que aún dormía, mientras la contemplaba en aquella envidiable sensación de paz, la misma paz que ella no tenía hacía mucho tiempo. Tomó el bus y a penas tocó la silla, cayó dormida del cansancio. Por momentos una tranquilidad la cubría, reposando y esperando la hora de llegada a su destino.
Casi llegando al Boquerón, ubicado en límites del municipio de Quipile, el bus en el que se transportaba frenó abruptamente y todos los pasajeros se pusieron de pie y se asomaron a las ventanas, dejándose llevar por el morbo característico del colombiano. Sobre la mitad de la carretera, tendido boca abajo, yacía el cuerpo sin vida del profesor de educación física en un cuadro desgarrador, digno de una escena dantesca, el mismo profesor que tiempo atrás se había vestido de héroe en medio de balas en el colegio. Sobre el pavimento, se pintó de sangre su cuerpo cubierto solamente con una pantaloneta, acompañado por unas manos sin uñas y un rostro sin ojos, abandonado así, para que todos lo vieran. No era necesario preguntar, quiénes habían sido los autores de este asesinato.
Así empezó el infierno, el desfile macabro de cuerpos desnudos y con señales de tortura en medio de la carretera, tiñendo se sangre el pueblo entero que ya escribía con rojo, para ese entonces, su nombre y su pasado. Letreros con mala ortografía acompañaban a los difuntos como si se tratase de despreciables epitafios. “Por sapo, por lambón, por no obedecer, por no darnos a sus hijos”- todos los cuerpos eran dejados a merced de los buitres con su letrero correspondiente.
Aún los más respetables trabajadores honrados, eran condenados y asesinados. En ese deambular de la muerte, fue sacrificada de un tiro en la nuca, por un simple rumor que la tachaba de soplona, la fritanguera que cocinaba los mejores cerdos de toda la zona.
El dolor de aquellas escenas se fue convirtiendo en simple impresión, y luego de tantas lágrimas y noches en vela, casi en indiferencia. Una mujer que siguiendo su instinto y su vocación de maestra, se había lanzado al ruedo para contribuir a la formación de las nuevas generaciones, era ahora una mujer que se sentía entre la espada y la pared, acorralada entre sus miedos y sus principios. En Colombia, las plazas de maestros afiliados al magisterio, son asignadas bajo unos criterios que resultan muy difíciles de modificar, por eso cuando un profesor obtiene un puesto como docente en cualquier lugar del país, es muy complicado lograr hacerse a un traslado. Para ese entonces, no tenía relación alguna con funcionarios o políticos que pudiesen ayudar para que su traslado se lograra ejecutar, pues por razones lógicas, ninguno de sus compañeros que trabajaba en Bogotá, accedía a cambiar de lugar. Lo único que podía hacer, entonces, era aferrarse a un milagro y confiar en que nada le fuera a pasar

La muerte toca a la puerta


Un problema de rinitis que le había aquejado desde muy pequeña, hizo necesario una intervención para contrarrestar la “enfermedad”. Justo en los días de la cirugía y posterior a su incapacidad, los alumnos del Colegio Departamental José Hugo Enciso, recibirían sus notas finales, y allí, por decisión de la maestra y producto de las evaluaciones, las novias de los cabecillas guerrilleros perderían su asignatura. Siguiendo su iniciativa, los demás profesores a los cuales las mismas niñas asistían a sus clases, optaron por hacer lo mismo, y esa determinación, no le sentó nada bien a sus respectivas parejas. Más se demoró el grito de indignación y el berrinche de una de las jovencitas, que darse la primera “visita” del jefe guerrillero al colegio. Un tiro al aire y el terror se hace presente de nuevo. “Bueno ¿Quiénes son los que me están rajando a las muchachas?- sentenció uno de los guerrilleros-! Es peor si no salen, igual ya sé quiénes son, con nombre y apellido”. Y así, uno a uno, fueron saliendo los profesores a cambiar las calificaciones en presencia de quien empuñando un arma, dejaba escapar una bala cada tanto para infringir temor.
Mientras tanto en Bogotá, aquel frío hospital le parecía mil veces mejor que la vereda en la que había visto tantas atrocidades y anhelaba en su silencio, que su incapacidad se extendiera un poco más en el tiempo. Entre tanto, su mejor amiga y compañera de trabajo, estaba en casa preparando el almuerzo, cuando la puerta fue abierta de un empujón y dos hombres encapuchados la encañonaron. “Necesitamos que el entregue algo a su amiga, a ver si aprende. Que la estamos esperando para cuando vuelva”, dijeron en tono amenazante. Congelada como una estatua, solo pedía que su hija mayor no llegara del colegio, que no la vieran estos hombres, que no le hicieran nada, mientras veía cómo aquellos delincuentes ultrajaban a sus dos hijas más pequeñas. Dejaron una nota sobre la mesa con orden de entrega inmediata, cerraron la puerta y ella, aún luchando por reaccionar a su espanto, llamó a su hija y le dijo que se veían mejor en Bogotá, donde la abuela materna, pues a la casa ya no podía llegar. El sufragio ya estaba en camino.

El principio del fin

Llegando a la Capital, lo primero que hace, su amiga amenazada, es dirigirse hacia al hospital y entregar el mensaje que contenía la orden impartida por el grupo guerrillero y firmada por el cabecilla del frente 22 de las FARC, el novio de turno de una de sus estudiantes. Si la profesora no obedecía, la orden era ejecutarla.
Las pesadillas se agudizaron, cada vez se vuelven más espeluznantes, la paranoia ahora es latente ¿Dónde está la niña? ¿Por qué no ha llegado del jardín?, las dudas y los temores de apoderan de ella. Una puerta de seguridad con no menos de 6 cerraduras protege la entrada de la casa. Las soluciones se vislumbran cada vez más lejanas, por lo pronto, no se podía regresar a ese sitio, eso era lo único que tenía seguro, lo demás resultaba muy incierto.
Viajaba cada mes en compañía de su esposo e hija que no la dejaban sola, pues debía cobrar su sueldo y la nómina aún se encontraba allí. Se contrataba un taxi de ida y regreso, y como en una película de terror, viendo por todos lados, se bajaba del automotor y rápidamente, sin que nadie la viera, entraba al lugar y hacía el cobro, y una vez cerraba la puerta del vehículo, le pedía al conductor no detenerse por nada del mundo hasta llegar a Bogotá. Cuando llegaban de nuevo a casa, a pesar de estar a salvo, la asaltaban pensamientos horribles, temía que secuestraran a alguno de sus familiares o simplemente que los mataran, no volver a ver a sus seres queridos, sin duda, fue la peor época de su vida.
Pasaron los meses y por recomendación de su hermana mayor, decidió ir a la Defensoría del Pueblo, donde encontró una abogada que tomó el caso y se comprometió decididamente con su causa. Con carta en mano, acudió a todos los mecanismos habidos y por haber para proteger la vida de su defendida. Hasta que por fin, después de muchos intentos, gracias a una petición enviada a la misma Presidencia de la República, se emitió la orden expresa de traslado inmediato al municipio de Chía, también en Cundinamarca.
Un buen día, ya ejerciendo como profesora de Inglés en uno de los principales colegios de Chía, le terminó de “volver el alma al cuerpo”, cuando vio en las noticias, que una arremetida de la Policía Nacional en una vereda llamada Rincón Santo, había dejado como saldo, la muerte del cabecilla del frente 22 de las FARC y sus dos “lugartenientes”. Durante la celebración de lo 15 años de la novia del “Comandante”, él y sus secuaces, perdieron la noción de su estrategia de seguridad, y después de beber durante varios días, fueron tomados por sorpresa por la policía. Como consecuencia de la operación, las FARC, decidieron replegarse hacia otros lugares.
Los mismos que la habían amenazado, que habían puesto el luto anticipadamente sobre su casa, ahora se encontraban tendidos sobre la tierra, tragando el polvo que habían hecho probar a muchos. Esta fue su última imagen, ahogados entre su sangre que no alcanzaría a compararse con la que derramaron sobre aquellas recónditas montañas y maltratados caminos, pero que ya estaba vertida en el suelo decretando la sentencia de sus días. La condena había sido perpetuada, y los verdaderos culpables pagaban esta vez, sin entender al menos, que tal vez, si lo pensaran mejor, estudiar hubiese sido la mejor salida.


Egresado de Comunicación Social-Periodismo - UJTL
Fuentes - Foto:lustración de Giselle Machado – El temor y el miedo se apoderan de la mente y el corazón.

¿Y esto qué es?

Hace algunos días noté entre los 13236455 blogs de mi autoría, no había ninguno que me brindara la posibilidad de, como se dice coloquialmente, “hablar paja”, desahogarse, tener un muro de las lamentaciones, un diario de anécdotas, o como ustedes lo quieran llamar. Llegué a la conclusión, y no me pareció tan descabellada la idea, de alargar un poco ciertas ideas que, por mencionar un ejemplo en un medio como Twitter, concreto en 140 caracteres (por aquello de la restricción que exige cierta concreción y claridad). Sin embargo de esas al parecer banales líneas, a veces le quedan a uno ideas por allí rondando, y por qué no seguir echando carreta si un tema da para hacerlo y además los medios Web nos proporcionan (cada día más con nuevas herramientas a nuestro alcance) la posibilidad de expresarnos con libertad, de compartir nuestras ideas, vivencias, quejas/reclamos, etc…
Ahora bien, también pensé sería jartísimo hacer de este espacio un lugar para rajar unos de otros, o de lo malo que es el sexo opuesto, de lo traumático que resulta el amor, de si éste existe o no, que todos los hombres son iguales, que todas las mujeres también y demás cantaletas que creo ya todos hemos escuchado y leído.
Así que bueno, se escribe de lo que vaya viniendo a la mente, no se pretende hacer tratados ni leyes establecidas ni tesis absolutas sobre los temas, porque finalmente, los espacios que tenga y maneje cada uno pueden ser vistos en poca o gran medida como “columnas de opinión”. En conclusión y no siendo más, echemos carreta esperando que a alguien le interese alguno de los temas de los cuales en algún